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Mostrando entradas de abril, 2023

Cuento policial

  Roja diversión La fiesta era en la casa de Marcos, mi mejor amigo. Era su cumpleaños y de casualidad sus padres estaban fuera de la ciudad esa semana. Una casa hermosa, de dos pisos con piscina y un amplio patio para que la gente pueda disfrutar. Casi toda la escuela asistió, incluyéndola, ella, rubia de ojos marrones y un cuerpo despampanante. Mi mejor amiga y la chica de la cual estoy enamorado. Tenía planeado decirle lo que sentía durante la fiesta. Ese día llegué temprano a la casa de mi amigo para ayudarlo a preparar todo. En el proceso brindamos por su cumpleaños con una cerveza. No me gusta mucho la cerveza, pero había que empezar tranquilo aquella noche que se veía venir inolvidable. Y así pasaron las primeras horas de la jornada, sin inconvenientes y bebiendo todo lo que se cruzaba en mi camino y bailando con todo el mundo, incluido el enano vestido de Chucky que había contratado Julio, un amigo de Marcos del club y exnovio de mi mejor amiga. No estoy de acuerdo en que l

Versiones del cuento

  Cuento original: Visión De repente la plataforma en la que estaba parado empieza a subir, la oscuridad del túnel se intercambia con el sol y la claridad de la mañana. Una cuenta atrás y 12 personas menos. “Quedan 12” pienso para mis adentros. Escucho el cañón y me doy cuenta que ya no estoy en casa, jugando con mis amigos o cenando las comidas que mi mamá me preparó. Estoy por mi cuenta, solo, tratando de sobrevivir. Llega la noche y recuerdo el momento que fui elegido, mi hermana desconsolada y mi madre se aguantaba las lágrimas. Pasan unos días y quedamos dos, estoy cansado, con hambre, pero resisto. Cuando lo veo corro hacia el con una espada en la mano. Un cañón. Mis manos rojas por la sangre de mi rival, o capaz era mía, miro la herida en mi abdomen y cierro los ojos. Cuando los vuelvo a abrir, estoy en mi cama, solo en la habitación de mi casa, sudado y con la respiración agitada. Miro por la ventana y veo a un conejo saltar por el jardín alrededor de las rosas blancas. P

Visión

  De repente la plataforma en la que estaba parado empieza a subir, la oscuridad del túnel se intercambia con el sol y la claridad de la mañana. Una cuenta atrás y 12 personas menos. “Quedan 12” pienso para mis adentros. Escucho el cañón y me doy cuenta que ya no estoy en casa, jugando con mis amigos o cenando las comidas que mi mamá me preparó. Estoy por mi cuenta, solo, tratando de sobrevivir. Llega la noche y recuerdo el momento que fui elegido, mi hermana desconsolada y mi madre se aguantaba las lágrimas. Pasan unos días y quedamos dos, estoy cansado, con hambre, pero resisto. Cuando lo veo corro hacia el con una espada en la mano. Un cañón. Mis manos rojas por la sangre de mi rival, o capaz era mía, miro la herida en mi abdomen y cierro los ojos. Cuando los vuelvo a abrir, estoy en mi cama, solo en la habitación de mi casa, sudado y con la respiración agitada. Miro por la ventana y veo a un conejo saltar por el jardín alrededor de las rosas blancas. Parece un dejavú y es el mome